Historia

Todo comenzó, como suelen hacer las grandes historias, enmedio de una época confusa, tumultuosa y restrictiva. Confinados durante la pandemia de COVID, sin poder salir de casa, encontramos tiempo y motivación para perseguir unos de esos hobbies olvidados en la cajonera muchos años atrás.

¿Por qué no aprendemos a elaborar cerveza artesanal?

Y así, en casa, con pocos medios, un kit de elaboración, una olla doméstica y mucha curiosidad y ganas de aprender, nos embarcamos en esta aventura. Francamente, no esperábamos poder beber el resultado. Pero sí, nuestra primera cerveza, una rubia de estilo English Pale Ale, estaba buena. Bastante buena.

Este primer resultado nos animó a seguir experimentando. ¿Por qué no una IPA, nuestro estilo preferido en aquel momento? Y así hicimos. Y estaba buena. Muy buena.

La pasión por la cerveza artesana, de calidad, fresca, con ingredientes naturales, con sabor a cerveza y no a polvos químicos, nos llevó a seguir experimentando con nuevos estilos y recetas. Algunos fueron un fiasco. Otros triunfaban en las pocas fiestas a las que podíamos asistir. Poco a poco, el catálogo fue creciendo, y fuimos seleccionando aquellas recetas que mejor funcionaban, y descartando las que, simplemente, no eran potables.

Fueron unos meses llenos de creatividad, kilos de malta, bolsas de lúpulo y horas de cocción en una olla semiprofesional de 30 litros, que nos sirvieron para descubrir que elaborar cerveza no era un simple pasatiempo: se había convertido en nuestra nueva pasión.

Después de mucho ensayo y error, y gracias a un sólido círculo familiar y de amistades que nos apoyaron desde el principio, fuimos refinando nuestras recetas, perfeccionando defectos, y aprendiendo cada vez más sobre el arte de la elaboración artesanal de cerveza.

Poco a poco nos fuimos dando cuenta de que teníamos un producto entre las manos, con una calidad y sabor que no tenía nada que envidiar a otras marcas comerciales del momento. Así nació el sueño.

¿Y si lanzamos nuestra propia marca de cerveza?

Nos pusimos manos a la obra y diseñamos nuestro propio nombre comercial, seleccionamos las recetas de nuestro catálogo inicial, diseñamos las etiquetas y el prototipo de producto.

Había nacido Copernicus Brewing Company.

El resto, como dice el refrán, es historia.

Copernicus Brewing Company es el sueño de dos enamorados de la cerveza: Jorge Albaladejo Pomares y Almudena Rodríguez Alcañiz. Pero no habría sido posible sin la ayuda de mucha gente, compañeros cerveceros que nos ayudaron a mejorar nuestras recetas, a diseñar nuestro producto, y que se ofrecieron como cobayas para probar nuestros prototipos.

Hemos pasado de la elaboración casera a la producción a escala, siempre respetando las técnicas y procesos tradicionales de fabricación de cerveza artesanal. Trabajamos en colaboración con microcervecerías como El Ayla, una microcervecería artesana independiente de Cantabria, cuyo equipo es tan apasionado por la buena cerveza como nosotros.

Pero la pasión sigue viva, y en Copernicus Brewing Company seguimos experimentando con sabores, maltas, lúpulos y frutas. Seguimos refinando nuestras recetas, y creando nuevas de diferentes estilos cerveceros que nos gustaría hacer descubrir al mundo. Porque no hay una cerveza mejor que otra, todas tienen su momento.

Porque, si no te gusta la cerveza artesana, es porque aún no has dado con la tuya.